Amores tóxicos

Que el amor es lo mejor que te puede pasar en la vida, es sólo un mito, muchas veces cierto. Pero a veces, el amor también puede ser una pesadilla. Siempre tuve un sexto sentido para detectar que parejas podrían tornarse enfermizas, o para saber con qué hombres no podría compartir más cosas que las que compartía. Puede que suene cobarde, de hecho muchas veces lo soy, pero no me juego al amor si percibo eso. Me preservo de amores enfermizos lo más que puedo.
Sé que a veces es difícil no caer en una relación patológica, en esas en que a pesar de sufrir es imposible dejar de estar con esa persona. Esas parejas que se matan pero que a la vez no pueden estar separados, las que se persiguen, las que se celan casi hasta la violencia, las que dominan al otro, las que dejen sin defensas al otro, las que uno dice negro y el otro dice indefectiblemente blanco todos los días, las que dicen "si me dejas me mato", las que juegan con el sentimiento del otro.
Conocí a una pareja, por ejemplo, que llevaban las discusiones al límite de la violencia física y verbal, pero indefectiblemente, luego de eso siempre venía la reconciliación, dulce, apasionada y con promesas eternas de amor. Era comun verlos una tarde gritándose de todo y al otro día abarzados como si nada hubiera pasado. Eso se convirtió en un círculo vicioso y altamente dañino. Ella, que era una compañera de la facultad mia, empezó a llegar con algun que otro moretón y él con algun que otro arañazo. Una vez nos contó esto...que necesitaban llegar hasta la violencia en las discusiones para poderse pedir perdón después y reconciliarse y jurarse amor y esas cosas. Bueno, esa relación duró varios años y ella terminó con un tratamiento psiquiátrico.
Puede que ese sea un caso extremo, pero hay muchos casos y muchas versiones de amores tóxicos, de amores dependientes, de amores no sanos, de esos que hacen dar miedo volver a enamorarse y que nos hacen dudar de si eso es el amor.