Té para tres. (Escrito por un Un poco rara)

Todos, en mayor o menor medida, de vez en cuando nos vemos tentados por la innovación, por la posibilidad de dar un pasito más, de animarnos a probar algo diferente.
Lo más fácil es echar mano al rubro gastronómico. Helado, hielo, caramelos de menta, salsa de chocolate, champagne y frutas dulces y jugosas casi siempre están a mano con garantía de satisfacción. (Si tienen algún elemento pendiente pruebenló y después me cuentan). Las posiciones son otro ítem sujeto a la necesidad de cambios. Y los lugares también suelen mostrar novedades a la hora de romper con la rutina.
Sin embargo, pocos son los que se atreven a dar un paso hacia el cumplimiento de algunas fantasías un poco más osadas, como la inclusión de un tercero o tercera, por ejemplo. En mi entorno ni siquiera me atrevo a plantear el tema para evitar cualquier encasillamiento como pervertida cuanto menos. Y no es que viva rodeada de mojigatos, pero se trata de un tema delicado.
No puedo negar que la idea me resulta tentadora, pero a la vez me plantea numerosos interrogantes, de difícil respuesta en su mayoría. ¿Hombre o mujer? ¿Conocido o ignoto? ¿En casa o en un lugar neutral? ¿Cómo encararlo/la? ¿Fijamos pautas? ¿Cuál es el límite? ¿Hay lugar para los celos? Complicado, ya ven. Por todo esto, más que por pacatería, debe ser que no muchos se animan. ¿O la juegan de callado?